Algunas variedades diferentes, “especiales y maravillosas” en Finca Tinedo.
La syrah y la moscatel, la moscatel y la syrah. Aunque ambas variedades se pueden encontrar en diferentes zonas de la geografía española, en Finca Tinedo tienen unas cualidades singulares y además, son “especiales y maravillosas”. Así las describe la persona que las cuida casi a diario, Silvia Burruezo, nuestra enóloga.
En el caso de la Syrah, desde el campo hasta la bodega ha sido una variedad que ha costado mucho conocer con precisión. Ha necesitado mucha implicación por parte del equipo. Entender su momento óptimo de vendimia ha sido clave para conseguir la máxima expresión de esta variedad en la Finca y Matías (capataz y bodeguero) lo sabe. perfectamente.
Para Silvia, el Syrah de Tinedo es un auténtico perfume. “Es floral y frutal a la vez, es balsámico y cítrico, es sedoso y persistente. Es una verdadera maravilla”.
En el caso de la Moscatel, en Tinedo se cultiva en un suelo de grava silícea sobre arcilla y caliza, lo que supone una retención de agua media y unas condiciones de temperatura y humedad que favorecen la maduración y el buen estado sanitario de los racimos. A ello hay que sumarle que la elaboración la hacemos en depósitos ovalados de hormigón en los que la crianza sobre lías le aporta una cremosa estructura y longevidad.
El resultado, un Moscatel, “seco, untuoso, persistente y fresco con su aroma varietal muy presente” destaca Silvia. “Es un vino tremendamente especial”, apunta.
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