Cuando, hace ya 12 años, comenzamos a diseñar las primeras etiquetas de los vinos de la nueva generación de Finca Tinedo, teníamos claro que queríamos expresarnos a través de ellas.
En ese momento, la etiqueta de vino en nuestro país era, mayoritariamente, todavía clásica y muchas opiniones amigas las veían como una osadía insensata. Pero, una vez más, nos empecinamos en lo que considerábamos que ayudaría a comunicar nuestra tierra y nuestra forma de hacer.
Las primeras jugaban con ilustraciones figurativas, usando collages de imágenes propias y personales. Estábamos presentándonos, estábamos exultantes y queríamos compartir nuestra felicidad con el mundo. Creamos un mundo lleno de referencias a nuestra tierra, nuestros orígenes. Un mundo para compartir la alegría de reinvertar nuestra herencia, que estamos deseando recordar en otro post, ya os avisaremos.
El mercado se llenó, en breve, de etiquetas ilustradas y variopintas, un placer visual que se añadía al placer de disfrutar de un vino. En Tinedo decidimos darle una vuelta de tuerca al concepto de ilustración así que, en los últimos años, hemos emprendido un camino de mayor abstracción conceptual. Hemos crecido y madurado y, también, hemos elaborado nuestra comunicación.
Lo que nunca hemos perdido de vista es que una etiqueta debe «ilustrar» el vino sobre el que va. Ilustrar en el sentido clásico: llevar luz, aportar claridad y matices a su significado.
Queremos que cuando mires, toques y sirvas una botella de Finca Tinedo, la etiqueta te ayude a percibir qué tipo de vino vas a encontrar dentro. Tal vez, actuando sobre la percepción de una forma no literal, comunicando las sensaciones y origen real del vino que vas a probar, pero de manera poética.
También, por supuesto, que la botella sume un componente estético y distintivo, que al placer de beber un vino, se añada el placer visual de tener sobre la mesa una botella armoniosa. De regalar y regalarnos un objeto lo más bello posible, contenedor del mejor vino que podemos ofreceros.
Nuestras etiquetas (1). Vinos de parcela.
Tempranillo Selección Parcela.
Seleccionado a partir de material vegetal de una parcela con características especiales observadas a lo largo del tiempo, este tempranillo de larga crianza se transforma con elegancia en un vino pleno de textura, frescura y mineralidad.
Para este vino decidimos hacer una etiqueta de corte más clásico. Aún así, el giro que introdujimos suscita muchas preguntas: ¿qué pinta una montaña nevada en La Mancha?. Utilizando estas antiguas fotos familiares, queríamos representar la singularidad de Finca Tinedo, el tesón por mantener vivo el vino de terruño y ecológico en La Mancha. También representar la importancia del trabajo colectivo, la labor imprescindible de toda la gente que hace, y ha hecho, de Finca Tinedo lo que es. El afán de superación, el disfrute del resultado.
Syrah Selección Parcela.
Nuestro Syrah Selección Parcela es la expresión de unas uvas que son diamantes en azul terciopelo, con una elaboración que ensalza la fruta negra, las flores blancas y las notas cítricas en un vino moderno y fresco. La etiqueta quiere comunicar la sensación sedosa de esta uva, la blancura y negrura perfectamente armonizadas de su cata en boca. La abstracción del viñedo y de la flor, del entramado de ramas de la viña y del sabor a flor blanca. La luz y el contraste de La Mancha.
Moscatel Selección Parcela.
El blanco es la síntesis de todos los colores, una expresión fresca y floral armonizada con la untuosidad y elegancia que potencia la crianza sobre sus lías finas y los huevos de hormigón en los que se elabora. Nuestro Moscatel Selección Parcela pasa un invierno en bodega, y también una primavera. La etiqueta exalta la belleza de la eclosión de la primavera en nuestros campos manchegos. Es la abstracción del agua, el sol, el cielo y la tierra florida. Una celebración que queremos que llegue a tu mesa.
Runrún.
Nuestro verso suelto, nuestro vino naranja. Un vino blanco fermentado con sus pieles y criado en barrica de tinto que le aporta color y una ligera tanicidad. Un vino único para maridajes increíbles. No hay otro igual.
En esta etiqueta nos permitimos jugar, jugar con el nombre y la imagen. Representar la libertad, tan presente en La Mancha y reflejada en el carácter único de este vino. Representar una emoción: el viento entre las hojas, entre las ramas, el dejarnos llevar. El runrún del viento y el runrún de lo singular. Una sensación de felicidad primera, tumbarnos y ver el viento mover las ramas, sentir que flotamos con ellas.
En estos vinos de parcelas seleccionadas, el tiraje es corto, son vinos exclusivos, de baja producción. Hemos cuidado mucho el diseño y la impresión, ayudadxs por nuestro impresor, Joan Armadans, de manera que consigamos unas etiquetas elegantes, que acompañen a nuestros vinos más escogidos, pero sin repercutir en su coste, sin encareceros el vino, que es lo importante. Hemos huido de dorados, troqueles y relieves, para conseguir la sensación que quieren tansmitir solo con diseño y calidad de impresión. Cuidando los detalles. Esperamos que las disfrutéis tanto como nosotrxs.
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